Habíamos tenido muchas complicaciones en cuanto al tema del baile, a la coreografía y al vestuario. Todo apuntaba a que no lo íbamos a hacer bien, pero el trabajo en equipo y las ganas de todos de que nuestro último baile sea inolvidable, fueron los impulsos que necesitábamos.
Tuvimos que afrontar al tiempo, que cada vez corría más y más rápido. Nos quedamos a ensayar hasta tarde y nos ayudábamos mutuamente por si alguien no se sabía la coreografía completa. Juntos como familia que somos, salimos adelante. Dimos todo lo que teníamos y mientras bailabamos se nos vino a la mente por todo lo que hemos pasado a lo largo de estos 11 años.
Estoy agradecida con toda mi promoción y nunca olvidaré ese día que vivimos todos con tantas ansias y satisfacción de que el trabajo y esfuerzo que llevábamos haciendo por semanas.
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