LOS NIÑOS DE LA AVENIDA LA MOLINA
El viernes pasado fuimos a la Avenida la Molina para poder darles una pequeña bolsa de regalo a los niños que estaban trabajando para que puedan energizarse un poco. Llegamos y empezamos a hablar con ellos, al principio tuvimos un poco de dificultades ya que debíamos considerar las implicaciones éticas de lo que decíamos, lo cual significaba un nuevo desafío. Afortunadamente pudimos entablar una bonita conversación en la cual los niños (uno de 12 y otro de 14) nos contaban que habían venido ya que en Huancayo, donde viven, estaba habiendo una gran huelga. Es por eso que vinieron a ganar un poco de dinero para así poder llevarlo a su casa cuando regresen. Ellos habían vendió completamente solos, lo cual nos sorprendió e impactó demasiado. En esos pequeños 20 minutos pudimos aprender mucho de ellos, vimos su compromiso, perseverancia y voluntad para con su familia; eso nos hizo recapacitar y darnos cuenta que nosotros con todo lo que tenemos deberíamos hacer un poco más para contribuir con nuestra familia que da la vida por nosotros, pero que a veces nosotros no les damos lo que recibimos. Siempre hay algo más que podemos hacer para ayudar.
Paula, ya sabes que te espera una gran misión con estos niños olvidados, quizá no pudimos conocer muchos ese día, pero existen y son una penosa realidad. Está en manos de ustedes revertir esa situación.
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