Pucallpa 2016
Un granito de arena a la vez
La semana pasada tuvimos la enriquecedora
experiencia de viajar a Pucallpa para realizar nuestro Proyecto Integrado de
CAS. En esta increíble oportunidad no solo pudimos ayudar a la población local
a limpiar la Laguna de Yarinacocha, también los entrevistamos para recopilar
información y les entregamos volantes y afiches sobre la problemática del agua.
Pudimos estar en contacto con personas que viven una realidad muy distinta a la
nuestra y con muchas necesidades.
La experiencia nos ha permitido reflexionar con más profundidad de la importancia del recurso del agua en zonas donde aun falta mayor preocupación por parte del Estado y responsabilidad de los habitantes. Esto es muy gratificante ya que la mayoría de los adolescentes de nuestra edad, actualmente, no tienen conciencia de la situación que viven nuestros compatriotas en zonas aledañas a la cuidad, a la cual estamos acostumbrados. Muchos de ellos viven en sus pequeñas burbujas y mundos “perfectos” donde a veces nos quejamos por cosas insignificantes.
A pesar de que al principio tuvimos algunas dificultades en cuanto a la organización y colaboración con las actividades que ibamos a realizar, en el momento que las hicimos trabajamos en equipo para dar lo mejor de nosotros, de manera que realizamos todo lo que se nos pidió y contribuimos con la población.
Asimismo, nos involucramos en un tema de importancia global como lo es el de la contaminación ambiental, que a veces lo vemos un poco lejano o repetitivo, sin embargo, esta experiencia nos hizo darnos cuenta de la gran problemática y gravedad que puede tener el impacto de este problema no solo en la naturaleza, sino en toda una población. Además teníamos que siempre tener en cuenta nuestras acciones y comportarnos de acuerdo a nuestra ética y a las costumbres que tenían los pobladores de allá, para poder demostrar respeto. Esto a su vez, nos permitió valorar la diversidad cultural de nuestro país, lo cual lamentablemente, se está discriminando entre la mayoría de los jóvenes de nuestra edad, considerándola "inferior" a la sociedad urbana.
Aprendimos a trabajar en zonas muy distintas a nuestra área de confort, lugares con barro, mosquitos, basura, etc., de manera que desarrollamos nuevas habilidades y el hecho de ser persistentes en nuestro compromiso con este proyecto, nos permitió lograr los objetivos planteados y no rendirnos frente alguna dificultad que veamos. Personalmente, experimenté una nueva habilidad, la cual es la pesca, sinceramente, no creía que lo podía lograr, pero con un poco de paciencia pude obtener un pez.
El viaje que realizamos nos ayudó a crecer como personas y a valorar todo aquello que nuestros padres con mucho esfuerzo han conseguido para nosotros.
Es maravilloso ver como niños, adultos y adultos
mayores que aunque tal vez no cuenten con un mismo nivel socioeconómico que el
nuestro, son felices con lo que son y con lo que tienen, viven cada minuto con
alegría y agradecimiento, manteniendo vivos sus costumbres y tradiciones
cultura. Agradezco haber podido ayudarlos y haber contribuido con un granito de
arena a través del programa de CAS.